jueves, 17 de enero de 2013

Devuelto; La poesía y su reconocimiento

La realidad, no es lo contrario de los sueños, es desde lo más humano su motor primario, también el escenario para su posibilidad; el sueño no puede dejar de ser sueño, el arte al menos aquel que trasciende, que persiste; o es documento, o es sueño; pero sueño que al tiempo es tan propio y público, como imposible… Ese sueño es el lugar de la utopía, es decir del «no» lugar. El soñar así de ésta manera, es visitar lugares en la imaginación donde no existe ésta realidad tal como es, es donde se rompen todos los límites y se abre el abanico para modificarla. Una realidad llevada al sueño, revisada, modificada ahí, exige ser devuelta… La materia de los sueños es la realidad misma, en el sueño se es el tigre, la tormenta, el mar, la nave, la moneda, el tiempo. Y con ello se reconstruye otra realidad, la de los sueños; llena de las mismas cosas pero siendo (en ser) éstas. La empatía con todo, permite soñar(se); así sea que el sueño nos robe cuerpo y alma, nos permite despertar y como el rayo, hacer lo consecuente… Y cada noche de cada día regresar al viaje de la realidad al sueño.

Devuelto

A la cara de mi hijo
que duerme, bajan
arenas de las dunas,
flor de la caña
y la espuma que vuela
de la cascada...

Y es sueño nada más
cuanto le baja;
sueño cae a su boca,
sueño a su espalda,
y me roban su cuerpo
junto con su alma.

Y así lo van cubriendo
con tanta maña,
que en la noche no tengo
hijo ni nada,
madre ciega de sombra,
madre robada.

Hasta que el sol bendito
al fin lo baña:
me lo devuelve en linda
fruta mondada
¡y me lo pone entero
sobre la falda!


Gabriela Mistral.

De los sueños regresamos con emociones reales que alimentan y construyen la voluntad de perseguirlos, de explorarlos e intentar traerlos aquí a lo real. La voluntad impuesta al hacer, al quehacer; es la quien modifica la realidad, una bandera que guía el rumbo para establecer cambios. A decir de E. Nicol «la única definición operativa de humano; sería aquello que siempre ésta cambiando». Agregaría soñando. El tiempo y las ideas; después de la guerra, su armisticio, tregua y conclusión; se modificaron tanto o mas que la imagen de las ciudades; destrozadas en la desolación o inmersas en una urgente reconstrucción, importaron o exportaron sueños. Sueños que se filtraron en la textura del tiempo y las ideas: aparece la prisa, hiper-consciencia del tiempo que se apodera de la existencia. Desde entonces todo urge, todo es para ayer, para ya, el éxito se liga a la velocidad y se mide en función de ella; el tiempo es dinero, ya no vida. Ésta prisa invade de la filosofía hasta el chocolate, comenzó de pronto «The American dream, más tarde el AWOL; la era de la coca-cola, el «fast-food» y nestlé. Prisa que todo lo que toca, invade y gobierna; parece que se salva sólo la poesía como expresión del amor esa la urgencia del amante, pero también su pausa y sus estares… Hay sueños que se hacen pesadillas terribles, ¡Mas de noventa y seis mil millones de toneladas en basura, acumulada! Producimos basura, fabricamos hambre. El record establecido, es el sueño establecido, para ser alcanzado y… Alcanzarlo es soñar el sueño de otro. Pareciera que alcanzar cualquier sueño, ya sea propio o ajeno, llena el vacío interno, pero sucede que no, los hijos se van; la piel de un millón de amantes no sabe a ambrosía; toda la riqueza no paga la serenidad de un beso que quiere ser, esto tiene otro lado, mas allá del beso, el peso en la consciencia del gusto momentáneo por adquirir, no miente, engaña, porque el vacío adormecido de placer, sigue ahí; el poder (la piel del tigre) esa fuerza que enloquece hasta los más fuertes y centrados, lo que mas produce es el miedo a la libertad, no sólo del otro, la propia.








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