…¡Qué me tenga
cuidado el amor, que le puedo cantar su canción!…
…¡Pero entonces
lloraba por mí y, ahora lloro por verla morir!
S. Rodriguez
Una
lengua está viva si las palabras acotan un lenguaje en los sonidos y, la escritura de estos, la palabra dibujada,
contiene las ideas (lo propio) de la lengua, pero más, contiene implícita la
capacidad de reflexión sobre éstas. ¿Se puede hablar de la nobleza de una
lengua? Quiero decir en forma descriptiva, no cualitativa. Hablar de cómo se
presta para la reflexión, de cómo su gramática incluye o excluye ideas que
resultan de la relación entre la comunidad y el medio donde ésta se acopla y
crea su expresión y cultura. Hablo de una lengua que hace cerca de tres mil
quinientos años, formuló los acuerdos para construir lo que es el centro
ceremonial más dulce, delicado, exacto y probablemente de los más bellos que se
han construido en la historia de la humanidad, esto, en un sentido arquitectónico
de la estética, donde el juego mágico de los volúmenes bajo la luz, hace un sentido
que persiste en sí mismo más allá del uso o destino para el cual fue dedicado
un espacio contenido o limitado. Hablo de la lengua Zapoteca, de una lengua que
contiene más de treinta variantes
habladas y que ha sido capaz de adoptar el alfabeto grecolatino, en un sincretismo
insólito, dado que aunque persiste en su grafismo jeroglífico; se produce ahora
en palabras escritas con éste alfabeto:
Qui zuuyu naa gate’ (No
me verás morir)
Qui zuuyu naa gate’ (No
me verás morir)
qui
zanda gusiaandu naa (no podrás olvidarme)
Naa nga jñou (Soy
tu madre)
bixhozelu’ (tu padre)
diidxa’ yooxho’ bixhozegolalu’ (la
vieja palabra de tu abuelo)
guirá ni ma bisiaa ca dxi ca lii
(la
costumbre de los tiempos)
nisa ruuna ti guesa ma stale dxi
bibani (la
lágrima que brota de un anciano sauce)
ti na’ yaga ni jmá nabana’ (la
más triste de las ramas)
biniti
lade bandaga (perdida entre las hojas)
Qui zuuyu’ naa gate’ (No
verás morir)
ti naa nga (porque soy)
ti dxumi su (un cesto de carrizo)
ra
caniibi ru’ na’ (donde aun se mueven las tenazas)
bixhoze
bendabua’ (del
papá del camarón)
benda ni gudó diuxi (el
pescado que Dios comió)
beenda ni bichá ruaa ti lexu (la
serpiente que devoró un conejo)
lexu ni gudxite gueu’ (el
conejo que siempre se burló del coyote)
gueu’ ni gubi lidxi bizu (el
coyote que tragó un panal de avispas)
dxiña bizu ni rindani lu xidxe’ (la
miel que brota de mis senos)
xquipilu’ nga naa (tu
ombligo soy)
ne
qui zuuyu gate’ (y no me verás morir)
Neca zacuxhou’ ma guirá tu zé (Aunque
creas que todos se han marchado)
qui zuuyu naa gate’ (no
me verás morir)
ziuu ti xuba’ (Habrá
una semilla)
ga’chi’
lade gui’xhi’ nuu lu neza (escondida entre los matorrales
del camino)
ndaani’ guidxi di’ zabigueta’ (que
a esta tierra ha de volver)
ne laa gusindani guendanabani (y
sembrará el futuro)
ne laa gaca gueta xquendanu (y
será alimento de nuestras almas)
ne laa gusibani stiidxanu (y
renacerá nuestra palabra)
ne qui zuuyu naa gate’ (y
no me verás morir)
ti zácanu nadipa’ (porque
seremos fuertes)
ti zabáninu xadxí (porque
seremos siempre vivos)
ti riuunda stinu qui zati (porque
nuestro canto será eterno)
ti zácanu laanu ne lii (porque
seremos nosotros y tu)
ne ca xiiñi xiiñinu (y
los hijos de nuestros hijos)
ne xú guidxilayú (y
el temblor de la tierra)
ni
guniibidxacha nisado’ (que sacudirá el mar)
ne zácanu stale ladxidó’ (y
seremos muchos corazones)
naaze
dxiichi’ xquenda binnizá (aferrados a la esencia de los
binnizá)
ne qui zuuyu gate’ (y
no me verás morir)
qui
zuuyu naa gate’ (no me verás morir)
qui
zuuyudio’ (no me verás)
naa
gate’ (morir)
Irma Pineda
(Versión en español de la propia autora).
La lengua es la forma
de expresión que cuando está viva, siempre intenta explicar los pensamientos y
las ideas, nunca le alcanza, pero lo intenta, inventando modos o modismos,
especificando términos, definiendo y definiéndose en sí misma, pero no lo hace
por sí, en realidad la lengua se cuestiona en la voz y el pensamiento de sus
hablantes, podemos decir que al menos lo permite, cuando sus hablantes en
relación con ella le dan el lugar sustantivo de sujeto, con la voz de Irma
Pineda, con los trazos y piedras de Monte Albán y, con un sinfín de expresiones
culturales y artísticas, pero sobre todo con una poesía bien viva; esta Lengua,
su pueblo y su cultura milenaria, nos gritan y se gritan a sí mismos: No me
verás morir.
RP
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