domingo, 30 de octubre de 2011

Hibrido…

La poesía de las primeras décadas del siglo XXI será una poesía híbrida, como ya lo está siendo la narrativa. Posiblemente nos encaminamos, con una lentitud espantosa, hacia nuevos temblores formales. En ese futuro incierto nuestros hijos contemplarán el encuentro sobre una mesa de operaciones del poeta que duerme en una silla con el pájaro negro del desierto, aquel que se alimenta de los parásitos de los camellos. Hibridez. Encuentro duchampeano del escritor con el pájaro negro del desierto. La literatura que me interesa circula, justamente, por esa zona fantasma. Por esos territorios donde, renunciando a la seguridad de cualquier convención, el escritor es un explorador solitario frente a lo desconocido. Pienso en las narrativas de escritores como Sebald o Claudio Magris. Pienso en Teillier, quien alguna vez definió su propia poesía como poesía de relato. Pienso en Lihn y sus versos sobre la labor del poeta: Ser un buen narrador que hace su oficio/a medio camino entre el bufón y el pontificador.