jueves, 27 de junio de 2013

Esta Ternura

 "I am aware of my heart,
it opens and closes".
S. Plath

El libro que tengo en mis manos, «Ética de Urgencia» se terminó de imprimir en septiembre de 2012, el autor Fernando Savater, conocido por muchos, a causa de un gran ensayo: «Ética para Amador». La cita modificada: «Escucha, hijo mio, dijo el demonio poniendo la mano sobre mi cabeza…» de ("LISTEN to me," said the Demon as he placed his hand upon my head." E. A. Poe; "Silence -a Fable") son palabras, a las que podríamos seguirles la pista quizá hasta donde la palabra «Demon» no significaba más que mensajero y son con las que abría entonces (hace más de veinte años) el texto para la lectura de «Ética para Amador». Las preguntas con las que Savater presenta la posibilidad de una opción ética, ahora en una «Ética de Urgencia»: «¿Y ahora que hago? ¿Le digo que sí o le digo que no? ¿Voy o no voy?», son preguntas cuya única respuesta está en el interior, preguntas que ese mensajero el cual, quizá como planteaba Sócrates, viene del corazón (de ese interior). Supongamos que en resumen la ética fuese: «el como es que hacemos o somos» desde nosotros mismos, para con los demás. Pero ¿quién es o son «los demás»? Sostengo que toda persona merece respeto, todo ser incluso, sólo por el simple hecho de existir. Sostengo que la inteligencia y la razón no pueden tener más o mayor sentido que la ancilar reflexión sobre la vida, el como de existir, siendo humanos. Nadie es libre, ni en su pensamiento, de la gramática que encierra el idioma, lo que permite expresar palabras, un idioma es la lengua aterrizada ya en un grupo específico y su propia geografía. Podemos, cuando mucho, ver desde una orilla el límite de la lengua. Sin embargo la otra inteligencia, intuitiva y perversa, se asoma desde las imágenes a aquello que permite expandir esta lengua, su cultura, incluso la razón misma. Las imagenes que produce la poesía, contradictorias a veces, permiten esta expansión y si no su comprensión, al menos la razón se encargará de darle nombre aunque sea una simple pregunta. El otro es entonces quien nos da lengua, pensamiento, sustento, convivencia, trabajo y ternura.


Esta Ternura.

Esta ternura y estas manos libres,
¿a quién darlas bajo el viento ? Tanto arroz
para la zorra, y en medio del llamado
la ansiedad de esa puerta abierta para nadie.
Hicimos pan tan blanco
para bocas ya muertas que aceptaban
solamente una luna de colmillo, el té
frío de la vela la alba.
Tocamos instrumentos para la ciega cólera
de sombras y sombreros olvidados. Nos quedamos
con los presentes ordenados en una mesa inútil,
y fue preciso beber la sidra caliente
en la vergüenza de la medianoche.
Entonces, ¿nadie quiere esto,
nadie?

Julio Cortazar.


 «…para la ciega cólera de sombras y sombreros olvidados.» El autor de «Rayuela», «El Examen», «Pedro y el Capitán» entre otros, nos regala estas líneas en su ternura con la negación misma de ésta, en el repetitivo «…para nadie, …nadie quiere, nadie» Pedro es nadie ni siquiera es Pedro, el Capitán es nadie, es sólo un rango que se degrada a sí mismo en su propio interrogatorio, donde pasa a ser la víctima del victimado; los complejos saltos de la rayuela van y vienen dentro de un laberinto donde ese nadie lo es todo. Pero ese nadie, somos los demás y lo seguiremos siendo, no como consumidores de propaganda, ni como incautas víctimas de la masividad medíatica, ni siquiera como ciudadanos; que es el status más respetado legalmente para un ser humano; no los demás somos aquel que con quien se convive (la comunidad) ese otro, ese nadie, que es alguien porque con respeto, acepta y recibe hasta la ternura o la desprecia, despreciando(se), con respeto, sí con respeto, esa es la única ética posible. El otro lado de lo humano, lo que destruye y modifica está limitando por el como es que ese respeto se da. Propongo que respeto es asumir que lo respetado es, vale y tiene la misma dignidad, que yo.
RP


…Dale creatividad a una semilla 
y tendrás un roble de pantano, 
la madera que nunca se pudre.
Dale creatividad a la tierra 
y tendrás un huracán,
 con sus tormentas…

…Si quieres que algo no se sepa 
y no se comente, 
es simple: no lo hagas.

 Proverbios del Oriente.



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