Sí, el sistema completo, su historia y sustento tendrán siempre que estar en duda; a decir de la teoría general de sistemas*, un sistema abierto
está en constante intercambio con otros sistemas, circundantes, por
medio de complejas interacciones; su conservación, existencia, «éxito»
o permanencia depende de sí mismo, de la relación de todos sus
integrantes entre sí y con el sistema mismo. ¿Qué pone en duda al
sistema? Hay regiones donde los sueños, no dejan lugar para el egoísmo,
donde pensarse a sí mismo como única elección ética resulta obsceno,
donde el sistema físico-social, lo que compone la realidad, no permite
la tregua del yo que ataja la locura, al menos la locura de la soledad
no construida, ante esto la opción es irse; …Lugares donde hay lo que
hay y nada más. Un sistema debe siempre revisarse a si mismo, ¿qué mueve
al mundo?, los economistas dicen sin decirlo, que es la envidia, el motor inmóvil que todo lo mueve al modo del amor; ese
querer sin necesitar, sin verse a sí mismo, donde la riqueza se
construye a partir de la especulación del comercio mas allá de lo que se
contiene en recursos naturales, sociales o productivos; es decir tener
lo que sea pero tener; pensamiento radical conservador que se cimienta en la ética protestante; que opera como motivo para el macro sistema, en el que está inmerso éste mundo.
Sucede
sin embargo que la mayor riqueza de un país, siempre son las personas,
los que hacen de la realidad lo cotidiano, habitable, son consciencia;
son en fin quienes sueñan; y son esos sueños los que ponen en duda al sistema, los Ingleses e Irlandeses a través de su literatura, han exportado al mundo, su miseria, sus disputas religiosas de fe y esperanza, su guerra, igual que otras islas, penínsulas y territorios geográficamente aislados, son más consientes de los límites que de las fronteras…
Yo no tengo soledad
Es la noche desamparo
de las sierras hasta el mar.
Pero yo, la que te mece,
¡yo no tengo soledad!
Es el cielo desamparo
si la luna cae al mar.
Pero yo, la que te estrecha,
¡yo no tengo soledad!
Es el mundo desamparo
y la carne triste va
Pero yo, la que te oprime,
¡yo no tengo soledad!
Gabriela Mistral.
Gabriela
Mistral, apasionada ciudadana del mundo, medio huérfana en un
territorio medio huérfano, escribe esto ¿quién tiene soledad en una isla
habitada? en un territorio con límites claros y concretos que requieren
de quien intente retarlos destreza, valor y sobre todo el poder de la
voluntad de alcanzar los sueños. Estar es saber defenderse con el día a
día de la tormenta, del clima; ser es en cambio, estar dispuesto a
vencer los límites de lo que hay, a poner en duda el sistema, a
redefinir el pensamiento y la realidad, gritando «Yo no tengo soledad»
ese el lugar de la consciencia en donde cada uno reconoce al otro y a si
mismo, entonces ahí se puede saber lo que es soñar, una realidad alternativa.
*L. von Bertalanffy, Teoría general de sistemas.
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