jueves, 23 de agosto de 2012

If…; la poesía y su reconocimiento.

 La «Poesía» no permite, no se permite engaños, es por así decirlo, lo más verdadero de la lengua porque su sustancia y esencia son la gramática, que es el pensamiento y la libertad, que es la posibilidad de crear imágenes sobre lo real, de abrir brechas y descubrir horizontes. La vida del poeta es suya, pero su mirada, lo que nos comparte, nos denuncia, nos invita, nos conmueve, pero sobre todo nos toca, tiene el poder de la música, que se permite repetir al infinito; y el del pensamiento, que nos invita a la reflexión e introspección. La Poesía por cursi o amorosa que pueda parecer, es la esencia del idioma, la combinación de lo humano con lo natural y lo abstracto: cultura, condición, denuncia, alegoría, reflexión… y vida, por lo humano y, música, matemática, espacio… y pensamiento, por lo natural y abstracto; sus imágenes son cuadros complejos cuya esencia es lo que persiste, lo más ligero en las transformaciones culturales, de hecho, es siempre la bandera de cambio entre un sistema y otro alternativo, consecuente, «discreto» (en términos matemáticos quizá) o continuo. A diferencia de la música y la arquitectura no ocupa el espacio, sólo ocupa el interior, donde cada quien se ve, se educa y se encuentra, ahí donde está el lugar propio, en el que no cabe ningún engaño y, la que llega ahí y resuena o lo cambia, transforma, estructura, etc., ésa es la Poesía.

La suerte opera para pocos, éstos que han sido galardonados, en su reconocimiento, decimos que son los que a juicio de «todos», (y quizá un todos muy frágil), han ampliado el pensamiento, resuelto los enigmas o asesinado las metáforas… los que expanden lo humano a otra dimensión y, cuya mirada y trabajo es lo que persiste. Puede haber mejores, la justicia es la sublimación de lo humano, no lo humano en sí mismo; sin embargo, en estos términos, ¿qué es mejor y que es peor donde las ideas se expanden? de pronto aparecen nuevas cosas en el pasado, cosas que lo reconstruyen y la historia se reinventa, nada es definitivo ni definitorio, lo que sé y lo que veo en «La Poesía» aquí lo comparto, no se a quién. Lo escrito, «lo público» es siempre una botella flotando en el océano con una nota dentro que dice: aquí estoy, aquí estamos, aquí está esto…

Sin afán de seguir una línea, pero tratando de buscar cierto orden, «los últimos serán los primeros» puede funcionar como principio. (Esto va con el día, lo que conmueve).  Principio, y sólo eso: tres poemas y luego un corto análisis; las siguientes «entradas» serán entonces dedicadas a los «Premio Nobel», tratando, en la medida de lo posible, de hallar un sentido, más que una secuencia.

1907 es el año en que recibió el Premio Nobel, año marcado por consciencias y manifestaciones anticlericales, de las primeras organizaciones anarquistas, el nacimiento de una Opera distinta (Therése, La Ciudad Invisible…) el fútbol se internacionaliza, grandes terremotos y heladas, luchas patrióticas e independencias; es el comienzo de un cambio, los imperios se tambalean y el siglo XX ya está en pleno con su modernidad y contra-cultura, sus cambios: la consciencia, el universo, la tecnología, etc. De Rudyard Kipling en ese contexto podemos decir una cosa: su consistencia fue la dignidad, rechazo mucho por ella; quizás su obra mas conocida y reconocida, junto con «El libro de la selva», sea éste poema: Si… (If…); una epístola, en la que se describe, y desde el propio ejemplo educa, condiciona al tiempo que exige a su hijo sobre el como de vivir (a todas luces, en la esencia del pensamiento, la antepenúltima palabra: «Man» implica todo el género humano).


If…

If you can keep your head when all about you

Are losing theirs and blaming it on you;
If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too:
If you can wait and not be tired by waiting,
Or, being lied about, don't deal in lies,
Or being hated don't give way to hating,
And yet don't look too good, nor talk too wise;

If you can dream---and not make dreams your master;
If you can think---and not make thoughts your aim,
If you can meet with Triumph and Disaster
And treat those two impostors just the same:.
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to, broken,
And stoop and build'em up with worn-out tools;

If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings,
And never breathe a word about your loss:
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: "Hold on!"

If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or walk with Kings---nor lose the common touch,

If neither foes nor loving friends can hurt you,
If all men count with you, but none too much:
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run,
Yours is the Earth and everything that's in it,
And---which is more---you'll be a Man, my son!

Rudyard Kipling.

Éste poema «masón» (en el sentido original: constructor) en toda su esencia, incomoda mucho, sobre todo a los cínicos que prefieren el egoísmo y la comodidad; al esfuerzo, la mesura y la propia exigencia. Sus palabras son simples, pero no castas: literalmente fecundan la consciencia.

Traducción:

 Si…

Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden y te echan la culpa;
si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de ti,
pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;
si puedes esperar y no cansarte de la espera,
o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,
o siendo odiado no dar cabida al odio,
y no obstante no parecer demasiado bueno, ni hablar con demasiada sabiduría...

Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen;
si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso (desastre)
y tratar a estos dos impostores de la misma manera;
si puedes soportar el escuchar la verdad que has dicho:
tergiversada por bribones para hacer una trampa para los necios,
o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida
y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas...

Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos
y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta,
y perder, y comenzar de nuevo por el principio
y no dejar de escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
y si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos
a servirte en tu camino mucho después de que hayan perdido su fuerza,
excepto La Voluntad que les dice "!Continuad!".
Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud
o caminar entre Reyes y no cambiar tu manera de ser;
si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte,
si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado;
si puedes emplear el inexorable minuto
recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y lo que es más, serás un hombre, hijo mío.

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