A quien corresponda, a los traidores (por ejemplo)…
Corren tiempos violentos, así para los vivos como para los muertos.
No hay réquiem que evite cita o referencia a este himno con sus versos dípticos rimados, Mozart, Verdi, Dvořák, Biber, Britten, Berlioz, lo incluyen en sus réquiems, entre muchos, el himno de la Ira de Dios, es también si no parte integral, sí referencia clara en composiciones diversas tanto cultas o sinfónicas como ligeras, en piezas de Brahms, Lizt, Mahler, Rachmaninov, Haydn y otros. Su titulo se ha retomado para más de una docena de (LPs) y bandas sonoras. Yo sólo quería hablar de lo hermoso y eficiente que es el Latín, de los versos de ocho silabas en dípticos y cosas así.
Pero no será posible mientras el barquero cruza el río Balsas, y los narradores de la historia reciben su «iguala» por silencio o sigilo; cuando todos buscamos una puerta cuya inscripción no sea: ¡Abandona aquí toda esperanza! Y sin embargo, parece que hemos llegado hasta aquí de la mano de Virgilio, que apunta: «aquí es donde te dije que verías a la adolorida gente, que a perdido el bien de la inteligencia.» ¿Qué esperanza pueden tener los muertos?, más allá de ser cifras para documentos oficiales en diarios insensibles o encabezados indignantes; números de nombres ocultos con cuerpos anónimos. Para ellos, ¿éste es aquel día?, ¿el día de la Ira? Lo cierto es que la Ira termina casi siempre en la muerte y los sublimes réquiems no siempre logran atarla, sino por el contrario son vitaminas que avivan su fuego. Dicen que el fuego quema, que no se debe jugar con él, pero la Ira prende y consume más, y más pronto que él.
La más pequeña chispa rompe la más profunda oscuridad, que ante la luz de los hechos se consume a sí misma… cuidado, si desatamos la Ira, sedentes y disidentes todos por igual se reducirán a cenizas.
«…
15
Día de ira el día aquel, día de angustia y de aprieto, día de devastación y desolación, día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y densa niebla,16
día de trompeta y de clamor, contra las ciudades fortificadas y las torres de los ángulos…»Sofonías, 1: 15-16
- Dies Iræ.
Dies iræ, dies illa, - Solvet sæclum in favilla,
- Teste David cum Sibylla !
- Quantus tremor est futurus,
- quando iudex est venturus,
- cuncta stricte discussurus !
- Tuba mirum spargens sonum
- per sepulcra regionum,
- coget omnes ante thronum.
- Mors stupebit et Natura,
- cum resurget creatura,
- iudicanti responsura.
- Liber scriptus proferetur,
- in quo totum continetur,
- unde Mundus iudicetur.
- Iudex ergo cum sedebit,
- quidquid latet apparebit,
- nihil inultum remanebit.
- Quid sum miser tunc dicturus ?
- Quem patronum rogaturus,
- cum vix iustus sit securus ?
- Rex tremendæ maiestatis,
- qui salvandos salvas gratis,
- salva me, fons pietatis.
- Recordare, Iesu pie,
- quod sum causa tuæ viæ ;
- ne me perdas illa die.
- Quærens me, sedisti lassus,
- redemisti crucem passus,
- tantus labor non sit cassus.
- Iuste Iudex ultionis,
- donum fac remissionis
- ante diem rationis.
- Ingemisco, tamquam reus,
- culpa rubet vultus meus,
- supplicanti parce Deus.
- Qui Mariam absolvisti,
- et latronem exaudisti,
- mihi quoque spem dedisti.
- Preces meæ non sunt dignæ,
- sed tu bonus fac benigne,
- ne perenni cremer igne.
- Inter oves locum præsta,
- et ab hædis me sequestra,
- statuens in parte dextra.
- Confutatis maledictis,
- flammis acribus addictis,
- voca me cum benedictis.
- Oro supplex et acclinis,
- cor contritum quasi cinis,
- gere curam mei finis.
*
(Lacrimosa dies illa,- qua resurget ex favilla
- iudicandus homo reus.
- Huic ergo parce, Deus.
- Pie Iesu Domine,
- dona eis requiem.)
Amen.
Tomás de Celano
*
(Los últimos dos versos, son catalíticos no dísticos rimados, como el resto, aparentemente se añadieron posteriormete con fines litúrgicos).
1- 3 illa, villa, bylla; 2,2,2
4- 6 turus, turus, surus; 2,2,27- 9 sonum, ionum, ronum; 2,2,210-12 natura, creatura, ponsura; 3,3,313-15 retur, netur, cetur; 2,2,216-18 debit, rebit, nebit; 2,2,219-21 dicturus, rogaturus, securus; 3,3,322-24 estatis, gratis, ietatis; 3,3,325-27 pie, viæ, die; 1,1,128-30 lassus, passus, cassus; 2,2,231-33 tionis, sionis, rationis; 3,3,334-36 visti, disti, disti; 2,2,237-39 dignæ, benigne, igne; 2,2,240-42 præsta, sequestra, dextra; 2,2,243-45 maledictis, addictis, benedictis; 4,3,446-48 clinis, cinis, finis; 2,2,249 Amen. 2
Traducción.
- Día de la Ira, aquel día
- los Siglos serán cenizas;
- testigos de David y Sibila.
- ¡Cuánto terror trae el futuro
- cuando el juez haya de venir
- a juzgar todo estrictamente!
- Grandes trompetas esparcirán su sonido
- por el reino de los sepulcros
- reunirá a todos ante el trono.
- Muerte y Naturaleza asombradas,
- cuando resurja la criatura
- para ser juzgada.
- Aparecerá el libro escrito
- en que se contiene todo
- y con el que se juzgará al mundo.
- Así, cuando el juez se siente
- lo escondido se mostrará
- y no habrá nada sin castigo.
- ¿Qué diré yo entonces, pobre de mí?
- ¿A qué protector rogaré
- cuando apenas el justo esté seguro?
- Rey de tremenda majestad
- tú que vas salvando
- sálvame, fuente de piedad.
- Acuérdate, piadoso Jesús
- de que soy la causa de tu calvario;
- no me pierdas en aquel día.
- Buscándome, te sentaste agotado
- me redimiste sufriendo en la cruz
- no sean vanos tantos trabajos.
- Justo juez de venganza
- concédeme el regalo del perdón
- antes del día del juicio.
- Grito, como un reo;
- la culpa enrojece mi rostro.
- Perdona, Señor, a este suplicante.
- Tú, que absolviste a Magdalena
- y escuchaste la súplica del ladrón,
- me diste a mí también esperanza.
- Mis plegarias no son dignas,
- pero tú, al ser bueno, actúa con bondad
- para que no arda en el fuego eterno.
- Colócame entre tu rebaño
- y sepárame de los machos cabríos
- situándome a tu derecha.
- Confundidos los malditos
- arrojados a las llamas voraces
- hazme llamar entre los benditos.
- Te lo ruego, suplicante y de rodillas,
- el corazón acongojado, casi hecho cenizas:
- hazte cargo de mi destino.
*
(Día de lágrimas será aquel renombrado día- en que resucitará, del polvo
- para el juicio, el hombre culpable.
- A ese, pues, perdónalo, oh Dios.
- Señor de piedad, Jesús,
- concédeles el descanso. )
Amén.
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